Una forma de vida, es una manera de hacer cosas. Una cultura es una forma de vida, ya que cada cultura, hace las cosas a su manera. Al hablar de las formas de vida, se está hablando de lo natural o biológico y además de lo social o cultural.
Esta forma de pensar en formas de vida, es algo bastante reciente, anteriormente se consideraba a las cosas en función de su taxonomía. La metáfora orgánica se extendió en el S.XX.
Nuestra forma de vida actual es tecnológica, ya que la tecnología atraviesa todos los aspectos de nuestra vida, nos rodea, nuestra vida transcurre con la tecnología.
Enfrentamos el medio “interconectados” con los sistemas tecnológicos y como la cultura tecnológica es a distancia, es imposible recorrer esa distancia, sin la interacción del sistema tecnológico; es una condición sine qua non.
Cabe preguntarse entonces si nosotros tenemos a la tecnología o ella nos tiene a nosotros. La experiencia cotidiana nos muestra que no somos sujetos plenos ni los objetos son plenos, ya que existe una interdependencia entre nosotros y los sistemas tecnológicos.
Esa interdependencia con la tecnología cambia nuestras costumbres radicalmente. Vivimos acelerados, la sociedad está acelerada; las formas tecnológicas de vida funcionan tan velozmente que no podemos hablar de linealidad, todo se comprime, a la vez que se expande, desdibujándose los límites espaciales, transformando al espacio particular en un espacio genérico.
Nuestra forma de vida es tecnológica pues convivimos (o sobrevivimos??) con teléfonos celulares, mp3, mp4, bippers, notebooks, palms, tv en cada habitación del hogar, dvds, homes, artefactos de lo más variados en nuestras cocinas, cajeros automáticos, Pcs desde las cuales se realizan las más variadas actividades, desde la simple navegación sin rumbo por la web, hasta transacciones y estudios en aulas virtuales a través de plataformas que incluyen foros, videoconferencias, chat, mail, podcast, impresoras psc, cámaras e vídeo y numerosos objetos más.
Intentar imaginar un día completo sin ellos, resulta difícil, estar un día completo sin ellos, sería una tragedia moderna.
Como docentes, opino que debemos apuntar a formar en los alumnos una conciencia de uso, colectiva además de un uso racional y crítico de los medios disponibles, para que no estemos al servicio de la tecnología, sino que ella esté a nuestro servicio para crear y recrear nuestra propia cultura a través de redes sociales colaborativas, en las que construyamos el sentido para otros, no para nosotros mismos.
Esta forma de pensar en formas de vida, es algo bastante reciente, anteriormente se consideraba a las cosas en función de su taxonomía. La metáfora orgánica se extendió en el S.XX.
Nuestra forma de vida actual es tecnológica, ya que la tecnología atraviesa todos los aspectos de nuestra vida, nos rodea, nuestra vida transcurre con la tecnología.
Enfrentamos el medio “interconectados” con los sistemas tecnológicos y como la cultura tecnológica es a distancia, es imposible recorrer esa distancia, sin la interacción del sistema tecnológico; es una condición sine qua non.
Cabe preguntarse entonces si nosotros tenemos a la tecnología o ella nos tiene a nosotros. La experiencia cotidiana nos muestra que no somos sujetos plenos ni los objetos son plenos, ya que existe una interdependencia entre nosotros y los sistemas tecnológicos.
Esa interdependencia con la tecnología cambia nuestras costumbres radicalmente. Vivimos acelerados, la sociedad está acelerada; las formas tecnológicas de vida funcionan tan velozmente que no podemos hablar de linealidad, todo se comprime, a la vez que se expande, desdibujándose los límites espaciales, transformando al espacio particular en un espacio genérico.
Nuestra forma de vida es tecnológica pues convivimos (o sobrevivimos??) con teléfonos celulares, mp3, mp4, bippers, notebooks, palms, tv en cada habitación del hogar, dvds, homes, artefactos de lo más variados en nuestras cocinas, cajeros automáticos, Pcs desde las cuales se realizan las más variadas actividades, desde la simple navegación sin rumbo por la web, hasta transacciones y estudios en aulas virtuales a través de plataformas que incluyen foros, videoconferencias, chat, mail, podcast, impresoras psc, cámaras e vídeo y numerosos objetos más.
Intentar imaginar un día completo sin ellos, resulta difícil, estar un día completo sin ellos, sería una tragedia moderna.
Como docentes, opino que debemos apuntar a formar en los alumnos una conciencia de uso, colectiva además de un uso racional y crítico de los medios disponibles, para que no estemos al servicio de la tecnología, sino que ella esté a nuestro servicio para crear y recrear nuestra propia cultura a través de redes sociales colaborativas, en las que construyamos el sentido para otros, no para nosotros mismos.
1 comentario:
Hola Viviana: Me encanta tu blog, está lleno de contenidos, de colores.
Ya te había visitado antes, lo hago nuevamente ahora realizando la tarea que nos recomendó Ignacio de enlazar los blogs, asi que voy a crear un enlace de mi blog al tuyo. Espero tu visita.
Cariños, Isabel
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